Benin avec plaisir. Quinto día de la misión en Tanguieta

Hoy también hubo caminata por la mañana antes de la misa de 7, ésta vez sólo se atrevieron las valientes del grupo: Mati y Miriam.

Un tiempo atrás Mati, de forma altruista, había donado una cantidad importante de dinero a la madre de una de las apadrinadas para que pudieran vivir en una casa propia. Resultó que estos días la mujer le había comentado muy preocupada a Mati que el albañil no terminaba de hacerle la casa porque se había gastado el dinero (sin justificarlo) y quería más, “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”: Mati no lo iba a dejar irse de rositas, se subió las mangas y fue a exponerle en persona al maçon su punto de vista de la forma más diplomática posible: los detalles de la conversación nos los podemos imaginar… Se despidió de él diciendo que le iba a poner una demanda en la comisaría. Después nos confesó que era un farol, no tenía ganas de entrar en jardines de denuncias, pero ya que él le había negado el dormir bajo techo a su amiga, una advertencia así le haría pensar en Themis a la hora de irse a la cama.

Así estaba el cuadro cuando hoy mismo se presentó en el Hospital el Comisario del Cuartel de Policía de Tanguieta a requerir la ayuda de Mati.

Resulta que el albañil estaba en la cárcel detenido por fraude, y el Comisario quería que acudiera Mati como testigo de lo que ella conocía. Después de comprobar que no tenía demasiados momentos libres en el día concluyeron en que iría en ese mismo momento, antes de empezar la jornada, para resolver el caso. Cuando se presentó en comisaría descubrió al albañil en el fondo de un recinto casi sin luz. Entre lo oscuro que estaba y que el encarcelado era negro como un tizón, Mati sólo llegaba a ver un par de ojos blancos al fondo del calabozo. Lo habían detenido por diversas estafas y uno de los asuntos que tenía pendientes era la construcción de la casa de su amiga. Después de unas breves comprobaciones el Comisario corroboró el tipo de elemento que tenía delante, no sin recriminar a Mati que a vaya un pieza que habían elegido contratar. Al final, en este juicio ultrarrápido se determinó que el acusado debía firmar un documento en el que se comprometía a terminar la obra sin dilación y a su cargo. Dicho y hecho, en ese mismo momento también se hizo efectiva la sentencia y el acusado lo acataba por la cuenta que le trae.

Un verdadero respiro el poder comprobar que en ésta parte del mundo la decencia y la justicia local también se dejan ver con la dignidad que se merecen. Lamentablemente noticias posteriores nos hicieron saber que el fraudulento constructor huyó a Nigeria (su país de origen) para no acabar la vivienda, de huidas a otros países para no acatar la justicia también en España sabemos un rato… “Buenas y malas artes hay en todas partes” que decía mi abuela.

A primera hora de la mañana se probó el equipo dental de rayos X, lo había arreglado el técnico el día anterior con un circuito nuevo que Gabi se había preocupado de conseguir en España. A los pocos segundos de estar enchufado comenzó a salir humo y el técnico nos confirmó que la placa que había sustituído se había quemado otra vez: la avería era bastante más compleja de lo que pensaba, y en un sitio así es difícil conseguir repuestos. El día a día del diagnóstico por imágenes en el gabinete se seguía reduciendo a los  recursos previos a Roentgen.

Afortunadamente, y dependiendo de la gravedad del caso, es posible derivar a los pacientes al Servicio de Radiología del Hospital, que es bastante eficiente, pero sigue siendo un protocolo incómodo para terminar haciendo una ortopantomografía, lo que se podría resolver de una forma menos ionizante en la salita, me hizo pensar en cierto paralelismo con lo que que ocurre en el SNS pero a otra escala.

Hoy acudió una chica con una panorámica en su mano y una fractura bilateral en su mandíbula, ese tipo de intervenciones implican la atención de un cirujano maxilofacial, pero hoy en día en el Hospital es una especie extinta. Después de comentarle el caso a Fray Florence mientras atendía a pacientes sin parar en un humilde salita con el aire acondicionado de la única ventana abierta, éste constató que el único disponible actualmente era el Doctor Alasanz: un veterano cirujano que maneja todo tipo de faenas traumáticas y afiladas, pero en dos días también se ausentaría del hospital durante una temporada. Una vez consultado el caso con él accedió a operarla mañana mismo.

Para terminar el día también se presentó en el gabinete dental una señora mayor con su hijo, tenía una tremenda neoplasia que se había propagado desde el mentón hasta la zona posterior de la mandíbula. Los fumadores son un nutrido grupo de riesgo del cáncer bucal, pero la señora no había fumado un cigarro en su vida… su relación con el tabaco se había “limitado” a mascarlo asiduamente: con distinta vía de administración la nicotina también demostraba su tóxica consecuencia. Aprovechamos para citarla también con Alasanz mañana, un atisbo de esperanza se posó en la hábil hoja del virtuoso mecánico de la biología.

Ya por la noche en la Cantina se juntaron Veronique, Cyrille y Huberto, comentando los casos del día, ella no dejó de mirar absorta la televisión desde que llegaron hasta que se fueron, no por lo interesante de la programación, pues eran dibujos animados, sino por la carencia generalizada en sus hogares de éste aparato. Sorprende comprobar que cosas tan banales en nuestro entorno habitual, para muchas personas sea algo tan inusual como para nosotros lo sería el no tenerlas. 

Otro ejemplo del cambio en la escala de valores ante la escasez se manifestó cuando Huberto le regaló a Vero unos sencillos mapas de satélite de Europa, África y Benin sacados de Google Maps, Veronique los recibió como una preciosa joya. Cyrille afirmó que Veronique sería brillante si tuviera acceso a estudios en condiciones.

Poco a poco se fueron uniendo al grupo los demás españoles y lo abandonaron los dos auxiliares locales, cambiando el idioma del inglés-francés al castellano. Mati le trajo a Brenda un bolso transparente con juguetes y aprovechó a jugar con ella, Brenda disfrutó de la compañía y lo agradeció de lo lindo, cuánta verdad hay en lo reconfortante que resulta la alegría en la sonrisa de un niño.

Mati también nos contó la aventura de la mañana con el Comisario y el constructor y no paramos de reír a carcajadas. Como ya dije en otra ocasión, la narrativa de Mati nos hace estar en el lugar que nos relata y literalmente podíamos ver aquellos dos luceros blancos mirando desde el fondo de la trena, mientras ella le preguntaba con resignación como una madre paciente “¿Y ahora qué?” . Reconforta saber que la apadrinada está tan bien protegida. Mati seguro que ha sido monjita en otra vida, pero monjita de las de armas tomar.

Antes de volver a casa para cenar se nos acercó el camarero de la Cantina y pidió que si le podían revisar en óptica, porque tenía cierto enrojecimiento y picor en los ojos permanente, tras una revisión improvisada el grupo de óptica quedó en verle al día siguiente para darle la medicación y revisarle con más detalle. Eva nos contó a los que aún no lo sabíamos que estudió en la Universidad Juan Carlos I, sin duda una referencia en infraestructura y docencia, la disposición y disciplina de Eva lo confirma.

La cena fue escasa una vez más, y una vez más el embutido español supuso un suculento refuerzo en los suministros. Antes de dormir, Gedi, Manu y Huberto se quedaron un rato en el patio del edificio a escuchar los sonidos de la noche: silencios cómodos, porque el silencio de Benín habla más que nadie. 

2 comentarios

  1. Me ha encantado….lo he vivido…..gracias por ese humor que hace que los problemas se relativicen pero con una solución. Un beso a todos

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